Para mi mitad

Mi querida mitad, hoy te escribo con la horrible frustración he haber recorrido el mundo entero en tu búsqueda. He viajado a los rincones más inhóspitos de la Tierra en busca de tu persona, pero no he encontrado más que mala suerte y desdicha.
Mi corazón empieza a desesperarse. Cada vez que te veo creo que ya estás aquí, que mi hora ha llegado, que en ese momento estaremos juntos de nuevo, pero entonces muy a mi pesar te veo mutar, te veo cambiar a algún otro ser que desconozco, la mitad de otro.
Hoy te escribo para que sepas que en verdad te he buscado, que en verdad he luchado por ti, que no eres otro más de mis recuerdos, pero he sido traicionado varias veces, me han engañado en tantas ocasiones que estoy perdiendo la esperanza.
Ésta armadura que cargo sobre mí, es para encontrarte, es para que cuando tú me beses me deshaga de este pesado acero y al fin este casco de hielo se rompa. Pero por tanto hemos pasado tú y yo, que no veo el momento de encontrarte.
Te he buscado, entre colonias de pingüinos. Me congelé y mis miembros dejaron de sentir esperando a que dentro de alguna de esas aves estuvieses tú.
Poco antes de morir en agonía vislumbre tu imagen por entre los vientos polares, entonces te seguí. Y me hiciste volar.
Entre enormes parvadas de patos recorrí el mundo, de sol a sol. Pero el peso de la armadura fue más grande y en mi caída me volviste a visitar. Cuando aterricé en el barro ahí estabas, dentro de las más extrañas de las criaturas donde nunca imaginé verte.
A una piara me habías traído, entre cerdos y barro, llovía mucho, y el peso de mi armadura me hacía hundirme en el lodo. Pronto tus cerdos se me aproximaron y poco a poco me fueron hundiendo. Tragué lodo por ti.
Hoy me encuentro entre los míos, he aprendido bien mi querida mitad, he aprendido que tú vendrás a mí, y yo solo he de esperarte. Esta noche de luna yo y mi manada saldremos a cazar, pero no te buscaré, por que se que si en verdad eres mi mitad, cazaras junto a mí y a mis lobos.